Esta navidad ha tenido tantas variantes, partiendo porque aún estoy con tendinitis y eso significa que no pude hacer nada de artesanía para vender en esta fecha. Es muy probable que despidan a mi gato lo que implicaría irnos de Copiapó a Santiago (lugar que según Alfathir detesta, pero también quiere vivir allá) y además nos pidieron la casa que estamos arrendando... sin embargo, me siento bien, me fue bien en mi trabajo (vendí lo poco que tenía) y se cumplió la meta de los 100 regalos para los niños de las tomas de la población Juan Pablo, tarea en la que me hubiera gustado participar más activamente y que por diversos motivos arrugué, pero con esta primera experiencia ya se como efectuar las proximas campañas que me guataría realizar, si es que todavía sigo acá.
Un dato triste es que se cayó un árbol de la plaza y aplastó a un señor de edad que pasaba por ahí, en el hospital no quisieron darme información de su estado porque era una extraña y no familiar directo.
Los fanáticos colocolinos aparte de celebrar hicieron algunos destrozos como romper los basureros que la feria artesanal pone para que la gente bote sus basuras, ¡Pendejos de mierda!.
Y otra cosa que me entristeció y que tiene que ver directamente con la foto de esta publicación es que el viejito pascuero no quizo que le sacara una foto, de inmediato noté que no era el viejito pascuero verdadero, la cantidad de niños engañadsos esta navidad...